Por: Merlina Meiler, el 06 de septiembre de 2009, 04:58 PM
Si gran parte de tu tiempo lo pasas maquinando sobre un tema en particular, el que da vueltas en tu mente sin cesar, tal vez te hayas obsesionado con ese tema. ¿Cuánta energía te consume el estar permanentemente concentrado en solo un fin? ¿Qué otras áreas de tu vida has relegado, tal vez sin siquiera darte cuenta?
Creer que toda la felicidad de tu vida radica en sólo un logro significa limitar tu capacidad como ser humano, que puede y necesita expresarse en distintas dimensiones. Piensa por un instante qué pasaría si nunca lograses ese hecho único y aislado que te obsesiona. Porque tal vez no se produzca en un futuro cercano o no llegue a concretarse jamás.
Si supones que te va la vida en lograr ese puesto de gerente que tanto deseas, en comprar algo en particular, o que nunca serás feliz si no te casas y tienes al menos dos niños, estarás concentrando toda tu energía y atención en ese asunto, y probablemente limites las verdaderas posibilidades de desarrollo, crecimiento y felicidad de tu vida. Simplemente las niegas, ya que en tu esquema mental no hay lugar para otras oportunidades de dicha y plenitud.
Si tan solo con la mente abierta a nuevos horizontes aplicaras una pequeña dosis de flexibilidad y un mínimo de confianza a la posibilidad de que nuevos acontecimientos, algunos impensados, te hagan feliz, se abriría frente a ti una miríada de opciones diferentes para disfrutar de una vida más placentera.
¿Qué estás dejando en el camino para alcanzar tu fin? Te estás evadiendo de la realidad al enfocar todas tus energías en algo utópico, tal vez irrealizable. ¿Se está debilitando tu pareja, hay cambios familiares, la soledad te agobia y por eso prefieres bloquear esos sentimientos encontrados y centrarte en un objetivo laboral o económico? ¿O, por el contrario, tienes dificultades en el terreno laboral y para minimizarlas u olvidarlas te centras desmesuradamente en otro aspecto de tu vida?
Parecería que al dirigir el foco de tu atención hacia otro tema, lo que realmente te preocupa quedara desdibujado. Pero no es así. ¿Vale la pena abstraerse de lo que te perturba? ¿Crees que desaparecerá mágicamente por obsesionarte con otra cosa?
Si te sientes identificado con gran parte de la descripción de este articulo, entonces es muy posible que te estés evadiendo de algo. Un área de tu vida te esta pidiendo a gritos que le prestes atención, en la que no logras la plenitud y el brillo que deberías, y tú la estas callando como puedes, centrándote desmedidamente en otra.
Hay un cambio latente en ti. No trates de acallarlo más, ya que el hacerlo puede poner en peligro tu salud mental o física. En vez de hacer oídos sordos a las ideas intuitivas que te afloran, cambiar de tema o posponer decisiones, permítete encontrar nuevas fuentes de concreción personal. Hay algo que te gustaría cambiar y desbloquear, tu mente ya lo sabe y seguramente te puede dar indicios en estos días para que lo veas con nitidez.
Enfócate en lo que te gustaría que sea distinto, desde una posición mas relajada, e imagina cómo sería eso en el futuro, con lujo de detalles, colores, formas, texturas, sonidos. Centrarte en lo que realmente necesita de tu atención para solucionarlo o aceptarlo redunda en equilibrio, que es la base de una vida sana.
¿Lo intentarás?
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