La gente dice que ya no existen las hadas, ni los principes, ni los dragones escondidos en bosques encantados, ni las princesas en peligro que deban ser rescatadas... pero la gente dice eso simplemente porque todos estos personajes mágicos han cambiado sus vestiduras y ahora se desplazan en autos y motos, se esconden entre valles sobrepoblados y sombras, pero aún existen.
Yo me dí cuenta que DAN también tenía esta cualidad mágica cuando este fin de semana, me ví desamparada en una Caracas Sincrónica, que a ratos perdía su cualidad de ciudad y me parecía uno de esos bosques encantados llenos de niebla (smog) y cubiertos de gruesos arbustos llenos de espinas (el tráfico), con su violencia agazapada que no lograba más que asustarme...
Y así, deje de ser viajera, estudiante, profesional... para ser una niña de pueblo asustada, ASUSTADISIMA y perdida en la noche caraqueña, es decir, la quinta esencia de una damisela en peligro... en medio de todo ese caos apareció DAN y literalmente me rescató cuando yo no sabía que hacer; es verdad no llegó en un corcel blanco sino en su carro azul y se encargó de lo que no me podía encargar.
Cuando bajé de mi carro, nos abrazamos y me di cuenta que estoy enamorada de mi principe azul.
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